Francisca González: La única mecánica de Mercedes-Benz en Chile.
La única mecánica de la marca recorriendo este camino
“Todo comenzó con mi abuelo”, explica. “Él fue mecánico, luego siguió mi papá en el área de camiones y eso me lo transmitió a mí. El mundo motor siempre ha estado en la familia y yo me fui por el área de automóviles”.
¿Ha sido difícil el proceso de llegar a un entorno de trabajo compuesto solo por hombres?
“Al principio sí, ya que me daba vergüenza pedir ayuda para sacar un neumático que es algo tan simple, pero yo no podía, o algún perno que estaba apretado y tampoco podía sacarlo, pero con el tiempo fui conociendo mis capacidades y técnicas que me llevaron a realizar esas labores con mis habilidades. Yo describiría mi experiencia de trabajar solamente con hombres como increíble”, dice Francisca. “Aquí en mi trabajo me apoyaron todos desde el día uno y hasta hoy eso sigue así. Siempre hay respeto, como también hay días en los que el ánimo no acompaña mucho, pero ahí están ellos para animarte. Creo que más que sentirme diferente me siento especial, soy como la hermana pequeña porque todos se preocupan, pero también soy más minuciosa con el trabajo y más ordenada”.
¿Cómo iniciaste tu carrera y finalmente llegaste a trabajar en Kaufmann?
Es mi primer trabajo como mecánica. Como te contaba, todo comenzó cuando estaba en 1er año de mecánica, llegué a Mercedes Center Cantagallo y hablé con el jefe de taller de ese entonces. Me presenté y le dije que quería saber lo que era estar en un taller de verdad. Él me respondió que era primera vez que aparecía una mujer que le hubiera preguntado sobre el tema, por lo que lo conversaría con su jefe. Me fui sin mucha esperanza ya que pensé que por ser mujer les daba miedo, sin embargo, me llamó al día siguiente diciéndome que aceptaban mi pasantía y que podía comenzar el lunes.
Yo, toda contenta, el lunes a primera hora estaba en el taller, aunque con miedo de empezar en un mundo lleno de hombres y ser la única mujer. Durante ese tiempo, empecé a conocer a cada uno de ellos hasta que terminó mi pasantía, pero yo quería más y antes de terminarla fui hablar con el jefe de taller, ya que quería realizar también mi práctica profesional y él me respondió que ya tenía el cupo ganado para la práctica. Fue así que, realicé mi práctica profesional y luego me quedé trabajando. Esto hace ya más de tres años.
En todo momento mis compañeros me apoyaron, nunca me dejaron sola, siempre que necesitaba ayuda estaban ahí y creo que eso simplificó mi estadía como practicante y actualmente como colaboradora.
¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo?
El poder realizarlo con mucho profesionalismo. Hacer andar un auto que no partía, el subsanar un ruido que el cliente reclamaba, y que se vaya con una sonrisa en la cara porque le solucionamos el problema.
¿Algún mensaje para mujeres que compartan tu pasión por algo tan asociado a la masculinidad?
Que se atrevan, el mundo está cambiando y las empresas se están adaptando a los nuevos cambios. Que no crean que por ser mujer les van a cerrar puertas, tienen que demostrar que son capaces y que tienen aptitudes para el cargo.
Cuando estudié mecánica éramos dos mujeres y 100 hombres, muy pocos de mis compañeros están trabajando en mecánica, en cambio mi otra colega está en otra empresa también con cargo de mecánica. Competencia siempre va a existir, pero cada una tiene que marcar la diferencia, lo importante es que tengan confianza en sí mismas, ya que todo se puede lograr con perseverancia y pasión.