Ascenso Silencioso

Qué es el ascenso silencioso y cómo evitarlo

El castigo al buen trabajo es una forma simple de explicar de qué se tratan los ascensos silenciosos. Un reconocimiento a un colaborador que ha hecho un buen trabajo pero que, en vez de recibir buen feedback, recibe agradecimiento y más trabajo. Este fenómeno -sumado a los populares side jobs y a las renuncias silenciosas-, se ha vuelto una práctica ampliamente utilizada desde la pandemia, cuando muchas empresas comenzaron a recortar personal. De hecho, según una encuesta realizada por la plataforma JobSage en 2022, casi un 80% de los trabajadores consultados ha experimentado un aumento de la carga laboral sin una compensación económica. 

Una de las tesis que explicaría este fenómeno tiene que ver, precisamente, con las reducciones de personal producto del Covid-19. Y es que, debido a la menor cantidad de trabajadores, los equipos, ahora reducidos, debieron absorber una mayor carga laboral, y esto se volvió una costumbre. De acuerdo con el estudio de JobSage, un 67% de los encuestados dijo haber tenido que asumir las responsabilidades de algún compañero de trabajo o superior en algún momento.

Pero hacerse cargo de las tareas y responsabilidades de otros cargos de forma temporal —que luego se vuelve permanente— es solo una de las dinámicas en las que se manifiesta el ascenso silencioso. Otro de los mecanismos que más se repiten, tiene que ver con el mejor rendimiento y con los colaboradores más exitosos. Y es que, aunque parezca inverosímil, son precisamente quienes registran una mejor performance quienes están más vulnerables a caer en este tipo de manipulaciones. Un trabajador con un rendimiento excepcional, quien hace ver sus tareas como algo sencillo, puede estar adjudicándose sin quererlo más y más tareas sin que esas responsabilidades, o quizás incluso un horario laboral más extenso, tenga una compensación económica. 

Pero el ascenso silencioso no es sólo beneficioso para un líder que cree que está obteniendo más por menos. Según un artículo publicado por Business News Daily, existen costos asociados a esta práctica que quizás no se observen en lo inmediato, pero que sí pasarán la cuenta en el largo plazo. Porque cuando se producen instancias de ascenso silencioso y sobrecarga laboral, es inevitable que se genere competencia y comparación entre los colaboradores. Habrá algunos que recibirán más carga adicional que otros, generando tensión y un ambiente negativo dentro del equipo. 

Otra de las consecuencias negativas de esta práctica es la disminución de la productividad general de los equipos de trabajo. Cuando los colaboradores comienzan a detectar que su alto rendimiento es lo que gatilla la sobrecarga laboral, reajustarán sus niveles de energía para compensar el mayor volumen de trabajo o se generarán mayores niveles de burnout laboral dentro del equipo. 

El ascenso silencioso es más que solo una práctica poco justa hacia los trabajadores; es también una mala inversión cuando se trata de recursos humanos. Daña la imagen de la empresa y de quienes la dirigen. Porque da cuenta de una cultura corporativa tóxica y de liderazgos que están dispuestos a sacrificar el talento por el beneficio económico de corto plazo.