Bárbara Hernández, la nadadora chilena que ni la pandemia y el frío le impiden continuar triunfando
Hace menos de un mes la nadadora Barbara Hernández (34), conocida como “La Sirena de Hielo” por especializarse en nado de aguas gélidas, hizo historia al convertirse en la primera mujer chilena en realizar el “20 Bridges Manhattan Island Swim”. El desafío consistía en cruzar 47 kilómetros en aguas abiertas rodeando la Isla de Manhattan ¿El resultado? Bárbara se convirtió en la primera chilena en conseguir la Triple Corona de Natación, reconocimiento internacional de la Asociación Mundial de Aguas. “El frío está ahí siempre, pero a la vez está lo cálido como el calor del corazón, del estómago, de todas las imágenes que decido que me acompañen. Son parte de lo que da significado al nado y es lo que me hace distinta como nadadora” asegura la deportista.
Créditos foto Haka Honu
Bárbara empezó a nadar a los 7 años, pero solo desde hace algunos años que lo hace en aguas frías. Fue en 2014, cuando la invitaron a una prueba en el Glaciar Perito Moreno, cuando se enamoró de la disciplina y el desafío de resistir el dolor en el cuerpo generado por las gélidas aguas, llegando al borde de la hipotermia. Cabe destacar que se considera agua gélida cuando ésta se encuentra bajo los 5°C, sin embargo, este tipo de deporte no es reconocido como disciplina por la Federación Internacional de Natación, lo que implica que no se puede acceder a financiamiento público. “No tengo un sueldo por estas carreras ni por estos logros, entonces es una decisión súper personal. Muchas veces pospuse el desarrollo profesional de mi carrera por esta pasión que es la natación. Desde muy chica tuve que aprender a compatibilizar todo lo que quería hacer”, explica Bárbara.
Pese a ello, la Sirena de Hielo ha realizado increíbles hazañas: recorrer el Estrecho de Magallanes, el Canal de Chacao, los ríos de Valdivia, el Lago General Carrera, el Río Baker, como también ha participado en los circuitos internaciones de la “International Swimming Association”. Como si eso no fuera suficiente, esta increíble nadadora ha sido ganadora y campeona del Mundial de Natación de Invierno en Siberia, Rusia el año 2016, lo que la relevado a los primeros lugares del ranking mundial.
A pesar de que la pandemia y la cuarentena la tuvieron cuatro meses sin poder continuar con sus entrenamientos, se las arregló con ingenio y esfuerzo para para no perder su nivel alcanzado sumergiéndose en un basurero lleno de hielo y haciendo ejercicios sobre una mesa moviendo los brazos con pesos hechos con bolsa de arroz. Es así como su reciente triunfo y Triple Corona reflejan su absoluta dedicación por este deporte.
Sus futuros desafíos dependerán de la evolución de la pandemia en Chile y en Europa, pero su motivación sigue igual de alta que sus triunfos. El calendario internacional para 2021 está bastante movido y la nadadora ya tiene los ojos puestos en las maratones del “Ocean Seven” a fines de mayo en Molocai, Hawai y el Canal del Norte de Irlanda en julio. Paralelo a eso, buscará ver si alcanza a inscribirse en el desafío que se realiza en la Antártica, buscando el mejor momento siempre con el apoyo de Minrel, Armada e imágen de Chile.
Créditos foto Haka Honu
Pura pasión.
Hace unos años decidió dedicarse de lleno a la natación, lo que le significó vivir de sus ahorros y volver a la casa de sus papás para costear parte de las pruebas. Bárbara se autodefine como una ‘nadadora extrema’, apostando por esos retos que parecen imposibles hasta para los mismos nadadores. “Buscar los nados más difíciles en el mundo, adaptar mi cuerpo y cabeza para competir a temperaturas de cero grados por más de una milla es lo más desafiante a nivel físico y mental, pero también es compleja esta búsqueda de apoyos e intentar compaginar la vida normal con esta gran pasión que siempre está enfocada en buscar hacer historia y dejar a nuestro país en el mejor lugar posible con estos hitos, como ser la primera chilena en completar la triple corona -sumando el Canal de Santa Catalina y el Canal de la Mancha al logro de Manhattan-.”
Además de lo que significa la exigencia física de la competencia, ¿qué te pasó a nivel personal con la hazaña de Nueva York?
La Triple Corona viene a cerrar un ciclo y abrir otro. La Bárbara de 17 años que googleaba y buscaba estos grandes nadadores, veía estos circuitos y aspiraba en algún minuto a tener este tipo de reconocimiento… es un proceso. Yo tenía esa certeza de que era posible estar 12, 15, 20 horas nadando… Es una sensación súper rara, no he parado desde que terminé de nadar y todavía me cuesta mucho asimilarlo. Pero me emociona profundamente, sobre todo, por la gente que ha decidido apoyarme y creer en mí y por el nivel de compromiso que más y más personas tienen con estos desafíos. Eso es muy bonito, considerando que es un deporte no tradicional y que nuestro país vive sólo para el fútbol, entonces es también una gran responsabilidad.
Créditos foto Thd.lateral
Considerando la crisis social y la pandemia, ¿cómo supliste a nivel mental y físico el cambio de condiciones para entrenar?
Para mí significó tomar muchas decisiones, poner los pies muy firmes en la tierra y asumir que este año no iba a cumplir con todo lo que estábamos planificando. Aceptar que también era una situación súper compleja para millones y millones de personas alrededor del mundo, y especialmente en Chile, me hizo definir muy bien mi propósito, qué es lo que yo quería de la natación y qué estaba dispuesta a dar a cambio de eso. Una pandemia, cinco meses fuera del agua o el tiempo que fuera necesario, no se comparaban con diecisiete años de mi día volcados a la natación de aguas abiertas, o veintisiete desde que empecé a nadar. Tengo un entrenador, Gabriel Torres, súper comprometido y con él acordamos entrenar de lunes a sábado, dos a tres horas diarias de acondicionamiento físico, seguí con yoga y me enfoqué, sobre todo en fortalecer aquellos aspectos mentales que yo creo que son los que me hacen distinta a otras nadadoras. Al final es aprender a ver cómo una enfrenta la adversidad y no usarla como una excusa para dejar de hacer el mejor esfuerzo.
¿Cómo se reemplaza el agua en los entrenamientos en seco que tuviste que hacer?
No hay nada que reemplace el agua, pero sí es posible fortalecer ciertas áreas que llegaríamos a ocupar en el agua. Entonces hice mucha preparación física, fortalecimiento del core, brazos, piernas, espalda, muchos ejercicios de técnica con elásticos o kilos de arroz, con pesos, y cardio si uno tiene las posibilidades. A mí me regalaron una bicicleta estática, así que con ella entrené gran parte de la cuarentena. La sumatoria de muchos ejercicios, semanas de preparación, y la práctica de yoga, que también funciona por ciclos, me permitieron mantener la condición física para poder volver al agua.
Si nos proyectamos al futuro, ¿cómo te imaginas?
Hago muchas charlas a empresas, a colegios, trabajo con clubes… me queda harto por hacer todavía siento que me faltan un montón de carreras por terminar entre los siete océanos: nado en la antártica, seguir nadando en Chile y, en realidad, me veo nadando hasta el último día de mi vida, eso no es transable para mí. También me encantaría trabajar por el deporte en Chile, creo que es necesario que los deportistas estemos dispuestos a contribuir desde el otro lado, en base a la experiencia.
A nivel femenino en el deporte, ¿cómo ves a Chile respecto a otros países latinoamericanos?
A nivel femenino en el deporte, yo creo que en Latinoamérica carecemos de los mismos factores. Nuestro machismo es de un nivel impresentable, el deporte femenino sigue siendo minimizado, incluso en el fútbol femenino, que ni siquiera tienen la opción de jugar en las mismas canchas que los hombres. Hay prácticas muy negativas que están naturalizadas, por ejemplo, los mismos periodistas preguntan cosas que jamás le preguntarían a un hombre y que tienen relación a cómo te ves, si eres alta o flaca, etc. Son cosas que tenemos la obligación de visibilizar para que las niñas crezcan teniendo referentes que hacen y han hecho historia.
Créditos foto Thd.lateral