Mujeres que inspiran • Bernardita Díaz Dosandar
Hija de un muralista, Bernardita Díaz viene de una familia que siempre la instó a desarrollar habilidades artísticas, lejos del mundo de la ciencia y la innovación. Cuenta que su infancia la pasó en talleres de pintura y teatro. “Siempre trataron de potenciar en mí una faceta artística”, recuerda. Sin embargo, fue descubriendo que su verdadera pasión iba en una dirección completamente diferente.
Ya en el colegio, descartó dedicarse al mundo artístico y, pese a no tener ningún referente, decidió estudiar técnico mecánico, carrera en la que fue la única mujer de su generación. “Me gustaba mucho estar en los talleres, observar cómo se movían las cosas”, comenta. Una vez completados sus estudios, decidió enfocar su carrera en el desarrollo de nuevas tecnologías y especializarse en el extranjero en energías renovables. “Me tocó trabajar en lugares en los que habían muchos laboratorios y me empecé a involucrar con equipos dedicados al área científica. Así comencé a hacerme amigos que me fueron transmitiendo su amor por la ciencia, por la tecnología médica, por la química y la bioquímica”, dice Bernardita.
Fue así como logró combinar sus pasiones y actualmente es una de las co fundadoras y gerenta general de la consultora SustrendLab, dedicada al desarrollo de proyectos de innovación en el área de tecnologías sustentables. “Me gusta mucho la ciencia, pero también la tecnología y el medio ambiente, entonces qué mejor que poder generar tecnología innovadora para mitigar los efectos del cambio climático”, explica. Bernardita fue, además, la única mujer parte del equipo de SustrendLab que participó en la creación de la primera batería de litio del mundo generada en base a neumáticos en desuso. Un proyecto que ha sido reconocido y premiado a nivel nacional por su aporte al desarrollo sustentable y la reutilización de materiales.
A lo largo de su carrera, esta mecánica cuenta que ha estado rodeada por equipos compuestos casi completamente por hombres. Sin embargo, explica que esto nunca ha sido un impedimento y que, en su experiencia, sus compañeros siempre han sido un apoyo. Para ella la ciencia es un campo que mide a las personas por sus capacidades y no por su género. “En la ciencia se mide a la gente por su cerebro. Por qué tan capaz eres”, explica.
Según Bernardita, la razón por la que resulta más difícil para la mayoría de las mujeres abrirse un camino en el mundo científico muchas veces no tiene que ver con la discriminación por parte de terceros, sino con creencias que están integradas en ellas mismas y que juegan en su contra. “Las mujeres arrastramos un fuerte síndrome del impostor que no nos permite empoderarnos y creer que nosotras también podemos. Yo misma lidio todos los días con eso”. Sin embargo, a medida que ha ido avanzando y ganando experiencia, también ha podido ir derribando esos prejuicios y reprogramando esas antiguas creencias que obstaculizaban su propio camino. “Cuando llegas al empoderamiento, cuando te pones a prueba o cuando tomas los desafíos como retos, te das cuenta que, en realidad, es solo tu mente lo que juega en contra”, aclara.
Fecha: 23 enero 2023
Fuente: Agencia Ritmo Estudio