Con más de una década de experiencia trabajando para la empresa de asset management más grande del mundo, Claudia Morales (50) conoce el universo de las finanzas desde dentro. Si bien cuando comenzó sus estudios de Ingeniería Civil Industrial en la Universidad de Chile en los años 90, el rubro financiero no estaba necesariamente entre sus objetivos. De hecho, fue al poco tiempo de haber egresado cuando se cruzó con las finanzas por primera vez. “Fui a una charla del Banco Central en la que José De Gregorio presentaba un paper”, comenta. “Me senté y cuando terminó, me di cuenta de que no había entendido nada. Ese fue el primer motivo para regresar a estudiar un Máster en Economía y postular a un trabajo en el Banco Central”.

Para la mayoría, podría sonar contra intuitivo: cuando un tema es extremadamente ajeno e incomprensible, lo usual es evitarlo a toda costa. Sin embargo, a Claudia lo desconocido le despertó curiosidad. Así que después de varios años de experiencia en el sector privado —y en plena crisis subprime— la ingeniera decidió dedicarse a las finanzas. “Fue tan duro para el mundo, como complejo para quienes tomaban decisiones de inversión”, recuerda. Decidió volver a estudiar, esta vez para profundizar conocimientos financieros, porque era un área que le apasionaba y en 2017 obtuvo un Máster en Finanzas.

Sin embargo, a pesar de la experiencia y los conocimientos que tenía, abrirse un espacio en este mundo no fue fácil. “Cuando estudiaba en la universidad éramos 3 mujeres por 10 hombres. En lo laboral, cuando llegué al sector financiero, casi no había mujeres”, explica. “Veía una participación importante de mujeres en áreas comerciales, recursos humanos y marketing, pero muy baja en otras áreas directamente asociadas a economía o finanzas”, recuerda Claudia. En ese entonces, la idea de que ciertas áreas del conocimiento y del mundo laboral estaban casi vetadas para las mujeres, aún era una realidad predominante. “Hacerme un espacio siempre fue un desafío, ya que claramente el problema no eran mis conocimientos”, comenta Claudia.

Proveniente de un grupo familiar que no tenía trayectoria en el sector, y parte de la primera generación que llegaba a la universidad entre sus cercanos, Claudia recuerda que la carrera fue cuesta arriba. “Tuve que esforzarme mucho, mucho más que el resto. Tuve buenos jefes y líderes que me ayudaron a navegar, y otros que me inspiraron a buscar otras oportunidades”, explica. Pero una vez dentro, Claudia no se ha dedicado simplemente a forjar una carrera exitosa en el mundo de las inversiones. Al conocer las dificultades de primera fuente, se puso como meta abrir espacios para otras que quisieran seguir este camino. Así nació Mujeres en Finanzas (Mef).

En 2017, Claudia junto a su socia Nuria Martínez, decidieron crear una plataforma que les permitiera acelerar el cambio en términos de equidad de género dentro de la industria financiera y corporativa. “No fue difícil concluir que si queríamos acelerar el cambio teníamos que tener estructura, metas y, por supuesto, métricas para medir nuestro impacto”, explica. “Para enfocarnos, pensamos ‘si pudiéramos volver al pasado, ¿qué cosas debería haber sabido, aprendido, haber hecho distinto para que mi carrera despegara?’”. A partir de esta pregunta, Claudia entendió la importancia que tienen los modelos o los referentes cuando se trata de equidad de género en lo académico y lo laboral. “Dicen que uno no puede soñar con lo que no conoce”, explica. 

Por eso, demostrar a las estudiantes y profesionales que otras mujeres igual que ellas han logrado posiciones de liderazgo en sus compañías y la industria es tan inspirador, aclara Claudia. “Te da la señal de que es alcanzable. ‘Si ella pudo, yo también’”, comenta. A través de su trabajo en Mef y de iniciativas como las Mef Talks, Claudia espera poder conectar a futuras profesionales con referentes femeninos en su área. “Esperamos que se reflejen y vean todas las posibilidades. El mercado es muy amplio, y las áreas de finanzas son múltiples como mujeres referentes, solo que muchas veces están invisibilizadas. “Nuestro rol es sacar a estas mujeres referentes a la luz”.

Si bien partieron en Chile como una dupla que organizaba instancias de encuentro para mujeres que combinaban el conocimiento técnico financiero y el networking, hoy son más de 20 voluntarias en Mujeres en Finanzas. Todas trabajando desde distintos países con un objetivo común: promover la participación femenina en la industria financiera. “Para mí lo que hago en finanzas y en Mef es más que trabajo, es mi propósito y mi pasión”, aclara Claudia. Explica que, por un lado, su trabajo le permite ayudar a personas a tener un mejor futuro financiero y, por otro, sus actividades en Mef son para apoyar a mujeres que quieren abrirse camino en industrias que, históricamente, han sido poco receptivas al talento femenino. “Puedo apoyar a las mujeres a ser protagonistas de sus carreras, creyendo firmemente en un concepto más amplio de diversidad, equidad e inclusión, más allá que solo temas de género”, explica.