Constanza Levicán, fundadora de la startup Suncast

Constanza Levicán, fundadora de la startup Suncast: “La principal brecha de género es el bajo acceso a capital”



Constanza Levicán es Ingeniera Civil Eléctrica, Magíster en Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Católica de Chile y fundadora de Suncast, startup dedicada a la aplicación de inteligencia artificial al mundo de las energías renovables.

Sin haber imaginado lo que llegaría a ser, desde niña Constanza se interesó por el mundo de la ciencia. A pesar de que en su familia no había profesionales en el rubro, cuando llegó el momento de elegir decidió estudiar Ingeniería Civil Eléctrica, una carrera desafiante y altamente teórica. Pero lo que motiva a Constanza -y lo que la encantó de las ciencias desde que era niña-, no es la teoría, sino cómo ésta se puede aplicar de forma concreta en distintos campos.

Fue así como comenzó trabajando desde su época de estudiante de pregrado en lo que hoy se ha convertido en su propia empresa. “Fundé Suncast mientras estaba estudiando Ingeniería, luego pasé a mi Magíster en Ciencias de la Ingeniería y la continué”, recuerda. El paso que marcó la diferencia fue que al egresar de la universidad decidió dedicarse por completo al proyecto, consagrándolo como un emprendimiento tecnológico dedicado a crear herramientas que contribuyen a la generación de energías renovables.

Constanza explica que su inspiración desde un inicio fue empujar la transición desde una matriz energética altamente contaminante a una que fuese sostenible y amigable con el medio ambiente. “La industria energética es uno de los principales sectores contaminantes del planeta. Si queremos un futuro más limpio, hay que apoyar la transición energética y mejorar desde las bases el problema”, comenta. 

Como consecuencia de esta convicción, Suncast se ha convertido en una compañía chilena de tecnología que aplica inteligencia artificial a las energías renovables variables. Es decir, aquellas cuya capacidad energética fluctúa y no es controlable, como la producción de una central hidroeléctrica, la generación de energía a través de biomasa e incluso la energía geotérmica. Para disminuir la impredictibilidad de las fuentes de energías renovables más presentes en nuestro país, y volverlas una forma más rentable y segura de obtener recursos sin degradar el entorno, Suncast se dedica a la predicción de energía solar y eólica y de soiling. A través de un software de servicios, los miembros del equipo entregan predicciones precisas de la generación de energía eléctrica a partir de datos históricos meteorológicos y de operación. Además, aplican inteligencia artificial y machine learning para anticiparse a los hechos y poder programar la cantidad y fechas exactas de limpieza de módulos fotovoltaicos, maximizando la rentabilidad de estas centrales.

Hasta ahora la trayectoria de Suncast ha estado llena de éxitos. En 2022 la Revista Forbes los incluyó en el listado de las 100 startups más importantes del país y han obtenido diferentes reconocimientos a nivel nacional e internacional. Pero para Constanza los premios y las menciones no son lo más gratificante de toda experiencia. Para ella, el mayor desafío y el mayor logro ha sido uno que a veces se pierde de vista cuando un proyecto destaca en su trayectoria: haber sido capaz de emprender en un rubro en el que para las mujeres suele ser particularmente difícil abrirse camino. “Emprender tiene desafíos comunes, pero las mujeres tenemos desafíos adicionales”, explica. 

Constanza recuerda que durante un workshop realizado en el marco de la Cumbre de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC), dedicado a fundadoras de startups tecnológicas, les entregaron datos sobre las brechas de género que todavía existen en el liderazgo de empresas tecnológicas en la región. “La principal brecha de género es el bajo acceso a capital”, comenta. “En la banca nos aprueban menores cantidades de créditos, y también de menores montos. En la inversión de riesgo o venture capital, las startups latinoamericanas lideradas por mujeres recibieron sólo el 2,3 % de los fondos de capital de riesgo destinados a la región latinoamericana el 2020”, agrega.

Ante ese panorama, que todavía es poco receptivo de los proyectos liderados por mujeres, Constanza se siente orgullosa de haber creado un espacio para Suncast. “Me gusta ser la creadora de una empresa tecnológica chilena, de exportación”, comenta. Y explica que se siente orgullosa de “haber tomado la decisión de crear una empresa innovadora, lograr firmar y aumentar nuestros contratos con las principales empresas de energía”. 

Ese ímpetu por desafiar el status quo ha dado frutos. Los servicios que ofrece Suncast para generadores de energía eólica han obtenido una excelente recepción en el mercado y son pioneros en Latinoamérica. Pero Constanza y su equipo —conformado por un grupo paritario de profesionales de distintas regiones de Chile—, no se conforman con ser un proyecto líder en el ámbito local. El siguiente paso es llevar estas herramientas a otros países, para potenciar también allí el desarrollo de energías que sean un aporte y no una carga para el ecosistema. “El siguiente paso es la expansión internacional, para lo cual acabo de realizar una misión comercial en Bogotá para definir cómo adaptar nuestro servicio a este mercado en crecimiento”, explica Constanza.