Con la llegada de fin de año, inevitablemente nos ponemos más nostálgicos y reflexivos. Y es que con el Año Nuevo a la vista es normal ir haciendo un repaso de los meses que han pasado y establecer metas para los que vienen.

Esta también es una fecha para festejar y celebrar. Una época del año en que nos reunirnos con nuestros seres queridos en torno a una rica comida, lo que en sí mismo se transforma en un regalo. Y no se trata de grandes celebraciones o fiestas lujosas, lo importante es el hecho de estar disfrutando juntos, sobre todo luego de un año difícil en el que no siempre pudimos vernos y reunirnos con libertad.

Porque celebrar hace bien. En el cerebro tenemos centros liberadores de dopamina y oxitocina -conocidas como las hormonas del placer y la felicidad- cuya producción se estimula frente a vivencias, sensaciones o actividades que nos hacen sentir bien. Y es gracias a nuestro sistema de recompensa cerebral que asociamos estas situaciones o vivencias a aquellas que nos dejan una sensación de placer y que, por ende, hacen que nos den ganas de repetirlas para lograr nuevamente esa positiva sensación.

Aprovechemos estas fechas para celebrar y también para agradecer. Siempre tendremos motivos para hacerlo. A todas nuestras lectoras y seguidoras, ¡les deseamos una muy Feliz Navidad y un excelente Año Nuevo!