Jacinta Girardi: “La violencia contra la mujer existe prácticamente en todas las esferas”

Jacinta Girardi: “La violencia contra la mujer existe prácticamente en todas las esferas”

Jacinta Girardi
 

Desde hace más de 40 años que el 25 de noviembre, la ONU conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este día surgió como una instancia para visibilizar la violencia física contra la mujer. Pero hoy, las amenazas que enfrentan miles de niñas, adolescentes y adultas no se limitan solamente a aquellas que dejan secuelas en el cuerpo.

Jacinta Girardi es socióloga y Magíster en Sociología de la UC. Ha dedicado gran parte de su carrera a trabajar temas de género, participando como consultora en esta área para organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y en la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU. Además, Jacinta es co- fundadora del Observatorio de Género e Interseccionalidades ODEGI. A pesar que pertenece a una generación de mujeres que aún no había nacido cuando los hechos que dieron origen al Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer tuvieron lugar, su interés por estudiar y trabajar en contra de la violencia de género es algo que la ha acompañado toda la vida. “Desde siempre me interesaron los temas de género. Tengo un hermano hombre y de niña -quizás de forma no muy consciente-, me llamaba la atención que se esperaran cosas tan distintas entre ambos”, recuerda.

Si bien esa curiosidad inicial se despertó a partir de la experiencia personal, se convirtió en una pasión cuando llegó a la Facultad de Sociología de la Universidad Católica, donde los números y estadísticas avalaron lo que Jacinta ya intuía. “Sin duda fue la carrera que estudié la que inevitablemente me fue mostrando lo que pasaba e hizo que cuestionara ciertas cosas”, comenta. “Estudiando encontré patrones y rompí prejuicios a través de evidencia. Me fui dando cuenta de todas las cifras que existen que respaldan que vivimos en un mundo con profundas desigualdades estructurales de género. Que vivimos, efectivamente, en una sociedad patriarcal y con una distribución del poder muy inequitativa”.

El paso siguiente fue tomar acción. A fines de 2020, junto a dos colegas, una economista y otra diseñadora, decidieron crear una organización dedicada a la difusión de datos y estadísticas relativas a temas de género. Así, nació el Observatorio de Género e Interseccionalidades, ODEGI. “El año de la pandemia terminó por marcar y hacer muy evidente la desigualdad y las opresiones que ya veníamos conversando desde el 2018”, comenta Jacinta. “Con la pandemia, este tema terminó de explotar, de hacerse muy fuerte, porque una de las consecuencias del encierro fue el aumento en los números de violencia”.

Si bien las restricciones a la movilidad fueron un escenario fértil para algunos tipos de violencia contra la mujer, Jacinta recalca que ésta puede darse en casi todos los ámbitos, no solo en el plano doméstico o en su manifestación física. “La violencia contra la mujer existe prácticamente en todas las esferas, de formas más o menos visibles”, explica. “Algunos tipos pueden ser más prevalentes que otros numéricamente, pero son todas igual de importantes”. Jacinta explica que, sin duda, la expresión más extrema y más brutal de la violencia de género son los femicidios o asesinatos de mujeres en razón de su género. “Es una primera forma de violencia contra la mujer que en el contexto de este 25 de noviembre no se puede dejar de mencionar”.

Pero a pesar de que la violencia física y el femicidio -como su expresión más extrema- siguen siendo la primera asociación que hacemos al hablar de violencia de género, según Jacinta estas no son las únicas formas en las que actualmente se manifiesta la agresión contra niñas y mujeres. La cofundadora de ODEGI explica que en temas de género existen prácticas que violentan a las mujeres de forma clara y visible, y que se encuentran en la punta del iceberg. Pero hay otras —doblemente peligrosas— que quedan bajo el nivel del agua, donde es más difícil pesquisarlas.

“Hay muchas formas de violencia que se pueden dar de forma más solapada, y que, por tanto, exigen que también estemos muy atentos y atentas. Anular a una mujer, el humor sexista, los micro machismos, humillar o el lenguaje sexista son expresiones de esas violencias que casi no se ven, pero que son también peligrosa”, dice Jacinta. “Es por esto que tenemos que estar atentas y atentos a criticar cuando hechos así ocurran, porque sólo teniendo ese diagnóstico podremos avanzar en reclamar las mejoras que se necesitan. Y esto no es solo tarea de las mujeres; es un trabajo que tenemos que hacer como sociedad”, sentencia.