A Julieta Martínez la moviliza la transformación social. Inspirada desde niña por su mamá a ser una agente de cambio, con solo 19 años ha participado en foros internacionales de ONU Mujeres, el 2022 publicó su primer libro y es creadora de su propia fundación: Tremendas. Con este proyecto, busca reunir a mujeres jóvenes, quienes, como ella, se sienten llamadas a ser transformadoras en distintos ámbitos dentro de sus comunidades.  

“Me empecé a interesar por el concepto de transformar cuando tenía 10 u 11 años. Mi mamá trabaja en el mundo de la innovación social hace mucho tiempo y participó de proyectos que involucran mucho a juventudes, así que siempre desde muy pequeñita me incentivó a participar en charlas, conversatorios y paneles en los que se hablaban estos temas”, recuerda. Y es que cuando hablamos de transformación, Julieta aclara que este concepto no implica necesariamente inventar algo completamente inédito. “Basta con tener las ganas de cambiar algo en nuestro entorno que sabemos puede ser mejor”, explica. El énfasis, dice Julieta, está en la actitud de siempre querer mejorar. “Un proyecto con iniciativa. Con ganas de mejorar constantemente. Eso es la transformación; nunca quedarse en lo mismo”. 

Desde que creó la fundación Tremendas, su objetivo ha sido conectar el talento con sentido de niñas, porque busca no es solo empoderar a mujeres jóvenes, sino además entregar herramientas para generar cambios concretos. “La transformación tiene mucho que ver con que como mujeres no solo nos quedemos en un espacio de empoderamiento”, explica Julieta. “Hay mecanismos de acción puntuales que tienes a tu disposición cuando te conectas con tus gobiernos locales, pero cuando eres una niña o una mujer joven, ¿cómo vas y te pones en contacto con aquellas personas que literalmente están decidiendo tu presente y tu futuro? Creo que era algo que faltaba y sobre todo un espacio para que niñas fueran escuchadas”, explica Julieta. 

Lo que partió como un movimiento pequeño, derivó en algo mucho mayor cuando Julieta se dio cuenta de que las niñas compartían, entre otros sentimientos, el percibirse como invisibilizadas y poco capaces de lograr cambios. “Como anécdota, a cada charla que iba para hablar con niñas más grandes o más pequeñas, cada vez hacía la misma pregunta: ¿quién se ha dicho a sí misma en esta sala que no tiene talento o que no sabe hacer nada? Y la respuesta era siempre con todas las manos arriba”, cuenta. “Para mí siempre fue muy chocante esa respuesta. Porque si no tienes el nivel socioeconómico, o no tienes herramientas, no tienes el apoyo. Hay muchos factores que pueden frenarte a encontrar ese interés, esa pasión. Por eso Tremendas también busca ser un espacio para esas niñas que quieren desarrollar sus intereses”. 

Para Julieta, el cambio social cumple un doble propósito, porque no solo impacta al entorno en el que se desarrolla sino que también a las personas que ponen en marcha esos proyectos. “Aquí tienes espacio para desarrollar tu talento y darle un sentido social a ese talento. Y a través de esto que tanto me apasiona, que tanto me gusta hacer, puedo generar un impacto positivo a las y los que me rodean”, explica.

Hoy Julieta se prepara para entrar a su primer año de universidad como estudiante de Antropología, una carrera que la apasiona. Pero Tremendas no la abandona. Seguirá junto a las demás miembros de la fundación trabajando en dos grandes focos; el primero, será ampliar el alcance de Tremendas a más territorios y llegar a regiones del país a las que aún no han llegado, y el segundo es lograr incidencia política y la inclusión de niñas en el proceso constituyente. “Mucho se habla de niñas y de infancia, pero deben ser partícipes de la discusión, entendiendo que son ellas las que viven los problemas que las afectan directamente, aunque no tienen voz ni voto al momento de buscar soluciones”, comenta Julieta.

Fecha: Febrero 2023

Fuente: Agencia Ritmo Estudio