Mujeres que inspiran • Isidora Díaz, luchadora olímpica: “Yo también pensé que este deporte era solo para hombres”

Mujeres que inspiran • Isidora Díaz, luchadora olímpica: “Yo también pensé que este deporte era solo para hombres”


 

Una de las primeras cosas que Isidora Díaz notó cuando observaba los entrenamientos de lucha en uno de los gimnasios del Comité Olímpico, fue que solo había hombres. A diferencia de las otras disciplinas que también se practicaban en el mismo recinto cuando Isidora era niña, sobre el tatami de lucha no había mujeres. “Yo pasaba y me quedaba mirando los entrenamientos, pero veía solo hombres. Así que pensé que la lucha era un deporte sólo para ellos”, recuerda. En ese entonces, Isidora tenía 15 años y era seleccionada nacional de karate. “Aunque veía que en los entrenamientos de lucha hacían muchas acrobacias que para mí se veían difíciles, me llamaban mucho la atención y me quedaba pegada mirando”, recuerda. Durante ese periodo, y a pesar de haber tenido sus inicios en otra disciplina que suele concebirse como un deporte masculino, hoy -a sus 30 años-, es parte del equipo chileno femenino de lucha.

 

El interés de Isidora por los deportes es algo que la acompaña desde niña. Cuenta que siempre le gustó participar en los talleres deportivos que se dictaban en el Estadio Nacional, muy cerca de su casa. “Hice muchos deportes. Fue algo que siempre me gustó”, comenta. Pero, en un primer momento fue el karate lo que cautivó su atención y se dedicó por completo a trabajar en esta disciplina. “De los 15 años a los 20 estuve en la Selección Nacional de Karate. Durante ese tiempo paseaba por el Comité Olímpico y vi por primera vez algunos entrenamientos de lucha”. 

Si bien Isidora conocía de artes marciales y la lucha olímpica había despertado su curiosidad, fue años después y casi por casualidad que comenzó su camino como luchadora. “Conseguí un trabajo de verano en un gimnasio. Era un lugar dedicado a las artes marciales y deportes como el boxeo y la lucha”, comenta. Isidora recuerda que su jefe en ese momento le ofreció participar en las clases que quisiera después de su jornada laboral y ella inmediatamente comenzó a asistir a varias. Una de las disciplinas que probó ese verano fue la lucha. “No había otras niñas  en los entrenamientos, pero me encantó”, explica.

Con solo seis meses de entrenamiento en el cuerpo, pero con una sólida base como deportista, Isidora participó en su primer campeonato de lucha en Argentina y ganó el primer lugar. Fue al descubrir que tenía aptitudes naturales para este deporte que decidió comenzar a practicarlo en paralelo a sus entrenamientos de karate. Pero llegó un momento en el que se dió cuenta de que si quería mantener su categoría de deportista de alto rendimiento, tenía que optar por uno u otro. No fue fácil. Después de años como seleccionada nacional de karate, sabía que quería comenzar un camino en la lucha femenina, incluso si implicaba partir de nuevo. “Realmente fue súper complicado tomar esa decisión. Hablar con mi sensei y con mi técnico y decirles que me iba a dedicar a la lucha, fue difícil”, recuerda.

Desde sus comienzos como parte del equipo chileno de karate, Isidora cuenta con el apoyo incondicional de su familia. A pesar de que ninguno de sus hermanos ni sus padres tienen experiencia practicando artes marciales o entrenando otros deportes a nivel competitivo, todos apoyaron desde el comienzo su interés. “Desde mi época en karate he tenido una barra hermosa. Mi hermana y mis sobrinos me iban a ver a las competencias y siempre me sentí súper apoyada”, comenta. De hecho, recuerda que un tiempo tuvo que pedirles que no fueran a verla competir tan seguido porque, como adolescente, la intimidaba escuchar a sus cercanos animándola desde el público. “Gritaban mucho y, típico de adolescente, me empezó a dar vergüenza”, comenta. Pero además, Isidora prefería que no la acompañaran porque, sin conocer las dinámicas del deporte competitivo, su familia entusiasta esperaba con paciencia por horas sentados en las graderías solo para verla unos minutos cuando era su momento de competir.

Pero esto no fue el único sacrificio por el deporte. Isidora desde niña tuvo que balancear sus entrenamientos con el estudio y más adelante con el trabajo. “Había períodos en los que me costaba más, pero siempre logré hacerlo todo”, comenta. Para cumplir con sus objetivos deportivos sin dejar de lado lo académico y profesional, Isidora tuvo que mantener una rutina diaria exigente. “Como a los 20 años me desaparecí de mi círculo de amigos, porque tenía que trabajar, entrenar y estudiar”, explica. El tiempo no alcanzaba para todo y decidió priorizar estos tres aspectos con énfasis en la lucha. “Era lo que me hacía feliz. Yo prefería estar en ese ambiente deportivo, quizás más sano, distinto al que había entre mis amigos”, comenta. Y no se arrepiente.

Con 10 años como seleccionada nacional de lucha olímpica, Isidora se proyecta en el mundo del deporte. Estudió Pedagogía en Educación Física pensando en un futuro terminar su carrera como luchadora, pero mantenerse cerca de la disciplina que la apasiona como entrenadora. “El deporte está impregnado en mi vida en todos los ámbitos”, asegura. A pesar de que considera un futuro ligado a la actividad deportiva desde la enseñanza, actualmente Isidora tiene muchos desafíos por delante como luchadora competitiva. Con tres sesiones de entrenamiento diarias -que parten con su preparador físico muy temprano por la mañana, siguen con entrenamiento técnico de lucha de mañana y tarde y terminan con elongación y otros ejercicios a eso de las 8.30PM-, Isidora se prepara este año para los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. “Estoy completamente enfocada en los juegos, dando todo lo que tengo y más”, explica. 

Independiente de los resultados que espera obtener en noviembre al enfrentar a deportistas de otros países, sabe que para ella es fundamental enfocarse en el proceso. Si bien las victorias se miden en medallas, no son la única clase de premio que a ella la enorgullece. “Las medallas no son las que me califican como buena deportista”, explica. Para Isidora, son sus años de trayectoria y la persona en la que se ha convertido gracias al deporte los mayores logros que ha obtenido durante su carrera.