Mujeres y Vejez

Las mujeres están a cargo de la vejez

En abril de este año, el Observatorio del Envejecimiento de la Universidad Católica publicó un nuevo informe sobre Dependencia y Cuidados en la Vejez. En el documento se explica que Chile es uno de los países de Latinoamérica con mayor tasa de envejecimiento. Para el 2050 se espera que un 30% de los chilenos se encuentre en el segmento 60+.

Javiera Rosell, psicóloga especialista en Psicogerontología, Subdirectora del Programa Adulto Mayor UC y miembro del Centro UC de Estudios de Vejez y Envejecimiento explica que, además de un envejecimiento de la población producto de la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida, la vejez en Chile será femenina. “Hay un mayor número de mujeres mayores que de hombres mayores porque las mujeres tienen más expectativas de vida”, explica.

Y si bien el objetivo es que, esos años de vida que ganamos sean efectivamente “ganados”, la realidad para muchas chilenas es otra. El informe del Observatorio del Envejecimiento explica que, aunque la dependencia no es una condición inherente a la vejez, es mucho más probable padecerla durante esta etapa de la vida. Y su incidencia es incluso más alta en la población femenina con un 17% de mujeres 60+ que padecen algún grado de dependencia versus un 11% de hombres. Con esta condición de dependencia, se hace necesario contar con cuidadores que puedan asistir, prestar ayuda y acompañar a esos adultos mayores que ya no pueden valerse por sí mismos.

No solo existe una feminización de la vejez, sino también, una feminización de los cuidados de nuestros adultos mayores. Pero, ¿por qué las mujeres nos hacemos cargo de padres, madres, hermanos, tíos y abuelos? “Creo que es algo netamente cultural”, comenta Javiera Rosell. “Me parece que todavía estamos viviendo en una sociedad donde se tiende a asociar a las mujeres a tareas de cuidados y a los hombres a un rol más de proveedor y eso impacta en el tema de los cuidados y precisamente en la feminización del cuidado también entonces las mujeres siguen asumiendo este rol y deberíamos ir avanzando para que los hombres lo asuman con madres y los padres”.

La tarea de cuidar comúnmente recae en algún familiar, principalmente mujeres, que deben hacerse cargo de las necesidades y requerimientos de la persona dependiente”, explica el informe de la UC. Agrega que esta actividad, comúnmente invisibilizada, para muchas mujeres implica posponer la vida personal y una responsabilidad adicional, además de una carga económica. “Lo anterior puede culminar en una sobrecarga importante, con preocupantes consecuencias en su salud e incluso en casos de abuso y maltrato hacia la persona que cuidan”, agrega la publicación. Javiera Rosell concuerda que, en la mayoría de los casos ese familiar es una mujer. “En muchas instancias, sin intentar generalizar, es la hija soltera la que por defecto cuida a los padres con algún nivel de dependencia. Esa sería la razón por la que tenemos una feminización de los cuidados”, explica la especialista. Agrega que no solamente las cuidadoras son hijas solteras, sino que pueden ser mujeres con familias propias. “Tienen que estar en este equilibrio entre el cuidado de los propios hijos y el cuidado de los padres”, explica.

Tanto el documento emitido por la UC como la especialista en gerontología concuerdan en que hoy es necesario que, tal como ocurre en otros países, Chile implemente un Sistema Nacional de Cuidados. Las implicancias para las cuidadoras de hacerse cargo de adultos mayores es demasiado grande. Desgaste, sobrecarga y cuadros de estrés importantes, son algunas de las dolencias mencionadas en el informe.

En la última Cuenta Pública, el 1 de junio de este año, el Presidente Boric mencionó la necesidad de un Sistema Nacional De Cuidado (SNC) para adultos mayores. Javiera Rosell confía en que vamos avanzar en esa dirección, tal como lo han hecho países como Inglaterra, Noruega, Suecia o incluso más cercano, Uruguay, que ya implementó su SNC y que cuenta con un programa de asistentes personales y teleasistencia para adultos mayores.