Niksen: un enfoque holandés para un fin de año sin estrés
En nuestro mundo de ritmo rápido, donde el fin de año a menudo trae un torbellino de estrés y obligaciones, hay una palabra holandesa que podría ser la clave para una celebración más relajada: "niksen". Niksen, —que puede traducirse en español como "no hacer nada"—, abarca el arte de simplemente ser, sin ningún propósito u objetivo específico.
Profundamente arraigado en la cultura holandesa, niksen desafía la mentalidad predominante de que la productividad constante es la medida definitiva del éxito. Niksen, en cambio, nos invita a hacer una pausa, reflexionar y disfrutar del momento presente. Con el caos que a menudo nos acompaña en estos días, incorporar niksen a nuestras vidas podría ser una forma transformadora de combatir el estrés.
La idea detrás de niksen no debe confundirse con la indiferencia, la falta de preocupación por uno mismo o los demás, ni tampoco con apatía. Más bien se trata de una dinámica que fomenta una ruptura de esas estructuras mentales que nos obligan a estar constantemente ocupados, permitiendo que nuestras mentes deambulen y sueñen despiertas. Al incorporar la noción de niksen podemos contrarrestar los mayores niveles de estrés asociados con las compras de regalos, la planificación de fiestas y las reuniones familiares. Y es que, a medida que las hormonas del estrés como el cortisol aumentan en respuesta a las demandas de la temporada festiva, niksen ofrece un antídoto natural para ese aumento de estresores que impactan nuestro sistema endocrino. Tomar descansos cortos poniendo en práctica el niksen —no hacer nada— puede ayudar a regular los niveles de cortisol promoviendo una sensación de calma y reduciendo el estrés general. La simplicidad de niksen proporciona un marcado contraste con la velocidad y el ritmo caótico que tiene hoy la época navideña para muchos de nosotros, ofreciendo una especie de reseteo mental que puede tener un impacto positivo en nuestro bienestar.
Incorporar niksen en la rutina de fin de año o vacaciones no significa abandonar las responsabilidades. Se trata de encontrar momentos de quietud en medio del caos, ya sea tomando una taza de té enfocados en el momento presente y en el acto de tomar el té o dando un paseo tranquilo por un paisaje que genere sensaciones positivas. Pero, incluso más allá de la temporada navideña, la integración de niksen en nuestras vidas puede tener beneficios duraderos. La práctica fomenta la atención plena, lo que nos permite apreciar la belleza en momentos del día a día. A medida que navegamos por los desafíos de fin de año, niksen se convierte en una estrategia valiosa en nuestro kit de herramientas de resiliencia que promueve el bienestar mental y emocional.