Deshacerse de sus pertenencias materiales, dejar sus residencias fijas y, en resumen, cortar con todo lo que las mantenía vinculadas a un lugar o espacio específico es lo que muchas personas han elegido como camino de vida. Y lo han hecho incluso antes de la pandemia, decididas a vivir el día a día sobre cuatro ruedas -muchas veces sin un rumbo fijo-, en una van convertida en una pequeña casa que les permita recorrer el mundo de forma autosuficiente con las mismas comodidades que disfrutaban en sus antiguos hogares, pero ahora en un espacio mucho más reducido. Un trade-off que cada día más parejas, personas solteras y, sobre todo mujeres, están dispuestas a hacer por el placer de viajar de forma independiente, económica y con total libertad.

Según un estudio realizado por el Departamento Oficial de Censos de Estados Unidos en 2019, solo en ese país, más de 140,000 personas habían adoptado este estilo de vida nómade, cifra que representa el triple de lo registrado años anteriores. Tanto ha llamado la atención esta tendencia al alza que han decidido considerarlo en el próximo censo para actualizar la estadística.

El número de vanlifers crece de forma exponencial en todos los continentes. Los hay de todos los tipos, estilos, profesiones, edades, nacionalidades, con toda clase de motivaciones y objetivos y, por supuesto, cada uno con un destino propio. Pero, independiente de hacia dónde se dirijen, todos inician su viaje de la misma forma: buscando comenzar una vida nómade para la que hay que dejar el confort y la seguridad del hogar y reemplazarla por una nueva comodidad. Y, ¿cómo hacerlo? El puntapié inicial en toda travesía Van Life es precisamente la conversión de un vehículo originalmente diseñado para el transporte de carga o pasajeros, a uno que servirá de hogar para una o dos personas. Las transformaciones Van Life son únicas e irrepetibles, así como los dueños. Algunas son realizadas por empresas profesionales que, ante la alta demanda, se han dedicado por completo a trabajar en este tipo de proyectos. Para aprovechar al máximo el espacio, que es uno de los recursos más escasos en una vida nómade, prácticamente todo al interior de la van se convierte. Las mesas se despliegan durante el día para comer y trabajar y luego se repliegan para transformarse en la base de una cama durante la noche. Pequeños asientos sirven también como espacio para guardar más utensilios y objetos. Cojines que se convierten en colchones y bandejas que sirven como tablas para picar, y como tapas para el lavaplatos que permiten agrandar al doble la superficie de trabajo en la cocina.

Todas estas soluciones que han hecho la vida más fácil, pero también las dificultades en el camino, son elementos que muchos vanlifers deciden documentar de sus viajes a través de blogs o videos en plataformas como Youtube o TikTok. Algunos de los más exitosos acumulan millones de seguidores. Una de las primeras en compartir sus testimonios viajando por su país en una van, incluso antes del boom de los vanlifers, fue la fotógrafa Christian Schaffer cuyos videos son uno de los primeros resultados que aparecen al buscar información sobre este estilo de vida nómade en Youtube y, sus consejos sobre cómo iniciar un cambio radical y partir con una vida sobre ruedas, se encuentran entre los más populares. Sus contenidos con mayor número de visitas, que rondan los 3 millones, comparten cómo ha sido su experiencia durante los tres años que lleva viviendo en una van convertida.

En una entrevista para The New York Times, Christian Schaffer explicó que muchas personas que puede generar ingresos de forma remota prefiere este estilo de vida. Simplemente no estamos interesados en la forma tradicional de viajar siendo turistas”, explicó la fotógrafa norteamericana reconocida como una de las primeras mujeres que se atrevió a dar el salto sola y abrir el camino Van Life.