Valentina Gran

Valentina Gran (36), Directora Ejecutiva de la Fundación por una carrera: “A pesar de que la gratuidad permite que más jóvenes puedan acceder a la educación superior, muchos no pueden ingresar porque no cumplen con los requisitos de puntaje”


 

Valentina Gran (36) estudió pedagogía en la Pontificia Universidad Católica pero no hace clases como muchos de los egresados de su carrera. Y aunque sigue vinculada a la educación, lo hace desde una perspectiva poco usual: está a cargo de ayudar a otros a cumplir ese objetivo de estudiar en la universidad. Y es que como pudo observar, “hacerlo es un privilegio que solo algunos disfrutan”.

Después de completar un Magíster en Psicología Educacional en la Universidad Los Andes, comenzó a trabajar como Directora Ejecutiva de la Fundación por una carrera, organismo que tiene como objetivo ayudar a construir una sociedad en la que nadie deje de estudiar por falta de recursos o motivación. “Orientamos a jóvenes desde Octavo Básico hasta Cuarto Medio y los ayudamos a construir sus proyectos de vida”, explica. “Los acompañamos en la búsqueda de su vocación y los asesoramos en la postulación de beneficios de financiamiento tanto estatales como privados, para que puedan acceder a la educación superior”.

Porque incluso en un país en el que los estudiantes pelearon por la gratuidad de la educación superior, Valentina explica que el acceso sigue siendo muy dispar. Y que las brechas son todavía parte de la cara que tratamos de ignorar cuando hablamos de educación en Chile. “Desde que estudié Educación pude constatar la tremenda brecha de oportunidades que existe en nuestro país. Muchos estudiantes no ingresan a la educación superior no por temas vinculados a sus capacidades, sino porque no tienen la información necesaria para acceder. No tienen referentes, ni expectativas”, explica. Porque para poder solventar un arancel, una matrícula o una mensualidad, los alumnos en Chile tienen que ser capaces de sortear las barreras culturales y las diferencias que deja toda una vida de falta de oportunidades. “Hay que recordar que en muchos casos son la primera generación de sus familias que va a ingresar a la educación superior, por tanto, necesitan más apoyo e información”, confirma Valentina.

Y es que no es lo mismo aspirar a la educación universitaria cuando es parte de los códigos sociales en los que hemos nacido que hacerlo cuando es un objetivo que nadie en nuestro círculo ha cumplido aún. No es lo mismo para una alumna soñar con la universidad que crecer con la expectativa real de que una carrera es una posibilidad concreta. “A pesar de que la gratuidad permite que más jóvenes puedan acceder a la educación superior, muchos no pueden ingresar a la universidad porque no cumplen con los requisitos de puntaje”, explica Valentina. 

La directora ejecutiva de Fundación por una carrera comenta que si bien los estudios muestran que el financiamiento para la educación superior ha permitido aumentar la matrícula y disminuir la deserción y que han existido avances importantes en temas vinculados a este desafío, las diferencias son todavía abismales. “Aún existe una gran brecha en temas de acceso e información. Muchos jóvenes no conocen cuáles son los requisitos para ingresar, cómo influye el NEM y el ranking de notas, qué significa que una institución esté acreditada, cuáles son los requisitos para acceder a la gratuidad, cómo postular al FUAS, entre otros temas”, comenta. A esto se suma el que, a nivel nacional, existe una gran disparidad respecto a los puntajes de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES). “Según cifras del Mineduc al año 2023, de los 100 colegios con mejores puntajes en la PAES sólo tres son públicos y uno es particular subvencionado, mientras que 96 son particulares pagados”.

Pero Valentina y el equipo de la fundación creen que estas diferencias no son un reflejo de las capacidades de los alumnos, sino de las falencias del sistema del que son parte. “El talento está repartido en todas partes, sólo hay que buscarlo y potenciarlo”, explica. “Me hace mucho sentido trabajar en este proyecto porque todos tenemos alguna habilidad, independiente del área donde queramos desarrollarnos. Pero para poder potenciar ese talento, necesitamos conocernos en profundidad y comprender cómo nuestras capacidades se pueden proyectar en una profesión o trabajo que sea un aporte para el desarrollo de la sociedad”.